Quejas perdidas

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“Hola a todos los periodistas. Ha llegado vuestra oportunidad de quejaros y denunciar. Estoy haciendo un reportaje en profundidad para hacer un análisis de la situación en la que se encuentra la profesión periodística. Para ello, os aradecería que me contarais esas anécdotas y prácticas degradantes, alucinantes, increíbles y, en definitiva, denunciables que os han sucedido en algún medio de comunicación a lo largo de vuestra carrera”.

Así, muy dispuesta, Elisabeth decidió convertir a su blog en un receptorio de quejas y lamentos, en una hotline virtual de la penosa vida periodística, ¿qué obtuvo a cambio? NADA!!


Si entran ahora mismo a su blog, la única queja que se puede leer es la de ella misma: “Ya es significativo que pida a la gente que envíe los comentarios anónimos. Ahora ya sé por qué a los periodistas nos va tan mal: Ni siquiera cuando nos ponen en bandeja la posibilidad de protestar anónimamente nos mojamos un poquito”.


Todos sabemos que en este oficio (quizá como en cualquier otro), hay abusos laborales y económicos, injusticias, manipulaciones, censura, mentiras, o situaciones escandalosas, pero una de las diferencias entre nuestra ocupación y la del barrendero, el médico, la secretaria, etc., es que denunciamos los abusos contra todos, menos contra nosotros mismos, ¿qué clase de síndrome será éste?

¿Por qué creéis que el periodismo ha perdido tanta calidad y, además, está tan desprestigiado socialmente?

Ah, me olvidaba: Elizabeth es una freelance española....esas cosas no ocurren en México...

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