Porkyflu: la cobertura

| |


"without saturation coverage on cable news networks and the velocity of information on the Internet, the public would not be so hysterical."

Un tema al que sin duda debemos dedicar mucha reflexión es sobre la cobertura en situaciones de crisis, sobre todo, de este tipo de crisis. Aunque en esta ocasión me ha tocado ser básicamente una lectora ávida y acompañante de algun@s querid@s coleg@s, es importante convocar al análisis.

Desde el lado gringo el Projecto for Excellence in Journalism ha empezado esa labor y en su análisis de esta semana arroja datos interesantones sobre esta "cobertura frenética" que sacó de los titulares los 100 días de Obama, la crisis económica, la bancarrota de Chrysler y -en México- el narco, las ejecuciones, la boda de Salma (jajaja).

Lo curioso(?) es que el tema se había empezado a tocar en medios gringos desde el 20 de abril, pero fue la semana pasada cuando la histeria se apoderó de todos -sin que hasta elmomento sepamos en realidad QUÉ pasó, CÓMO llegamos a esta situación, CUÁNTOS muertos hubo en realidad y POR QUÉ.



Perhaps the most distinguishing characteristic of last week's coverage was the near breathtaking speed in which the media accelerated from zero to 60 miles per hour on a story that materialized out of the blue. Coverage expanded so rapidly that toward the end of the week a backlash against perceived press excess began to materialize


Los gringos siguieron la swine flu (que en varios momentos crecía o parecía crecer tanto que algunos nos tiramos al suelo a pedir perdón por los pecados dle mundo, jaja), más que ningún otro asunto, principalmente en televisión.

La tv sin duda sigue siendo para el grueso de la población el medio al que acude casi instintivamente para tener detalles al momento, aunque en realidad, un sector cada vez más amplio se refiere a Internet cuando quiere obtener información UTIL.



Sin embargo, en realidad no pareció preocuparles demasiado contagiarse: 36 % dijo estar preocupado contra 64% al que el tema no le quitó el sueño.

En cambio en México, o mejor dicho, en Chilangolandia, el miedo asomó nuestro despertar luego del anuncio de suspensión de clases -y los subsecuentes de parálisis de vida- hechos por nuestras gentiles autoridades a las once de la noche. Sobre cómo se vivió esta experiencia en la red la Mtra Meneses hace un interesante análisis en Virtualis, bló recién estrenado en El Univeral.

Sobre la cobertura, como me dijo la gran Tutú, una plétora de "palos de ciego" sobre los que necesitamos volver para desentrañar qué pasó -el hecho- y qué nos pasó -la cobertura.

Ya lo escribió Pablo Ordaz, hay un montón de preguntas que aún no se responden, y hay otro tanto que no se han hecho:

Los periodistas preguntaban una y otra vez a cuanto responsable institucional se les ponía delante: ¿Por qué está muriendo gente en México y en otros países no? La respuesta siempre era la misma: "Porque los enfermos llegan tarde al hospital, cuando ya no se puede hacer nada por ellos". A los periodistas -también al que suscribe- se les olvidaba insistir con una pregunta capital: ¿y por qué llegan tarde?

0 comentarios:

.