Una semana después, pero con igual tristeza

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Supe de él desde que apenas era una idea, un montón de ideas más bien dicho; su propósito editorial sonaba raro, pero interesante.

La semilla del chamaco malogrado surgió de un viajecito por Alemania en 2006, cuando don dueño se preguntó si un diario tipo el Bild pegaría en el Defe...la historia se alargó y se complicó demasiado, y siempre estuve de una u otra forma cerca, sobre todo en el útimo año (oh si! otra vez la maldición del año!).

Todas las mañanas durante todos estos meses jodí a su director (sí, es mi amigo, sí, lo quiero, sí, ni modo) con quejas y felicitaciones de su más fiel lectora.

Molesté y atormenté cada que pude a la Chuchis y la URI, engendros producto de mi necedad y necesidad de seguir de metiche en un rotativo.

Me hicieron reír y hartas veces me hicieron enojar, como suele suceder con cualquier diario que uno se precie de leer en serio.

Al ver la foto del adiós fue inevitable soltar una lagrimilla, tantos rostros conocidos, tantos otros no, pero parecen los mismos de muchas fotos vistas y vividas antes. Las fotos ahí quedan, como recuerdo de la entrega que al final significa dejar el pellejo en una redacción y largarse nomás con los recuerdos y el mugre cheque de la liquidación (si es que toca).

Se acabó, se los cargó el payaso...ya otros vendrán, para irse luego.

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